En la reconfiguración de este jardín se ha optado por una estrategia sostenible y estéticamente enriquecedora, reduciendo la superficie de césped y aumentando la densidad de plantas.
Paisajismo
En la reconfiguración de este jardín donde el césped era el protagonista, se ha optado por una estrategia sostenible y estéticamente enriquecedora, reduciendo la superficie de césped y aumentando la densidad de plantas para favorecer la biodiversidad y añadir color y movimiento al espacio. Al ingresar al jardín, lo primero que capta la atención es la sinfonía de colores y texturas que emerge de las borduras a la inglesa. Sin embargo, en lugar de las típicas plantas de altos requerimientos hídricos, se ha innovado con una paleta mediterránea. Este enfoque no solo es ecológicamente responsable, sino que también aporta un carácter distintivo y vibrante al diseño. La estructura del jardín se organiza en capas de distintas alturas, creando una sensación de movimiento y cambio a través de las estaciones. Se han intercalado gramíneas ornamentales que se mecen suavemente con la brisa, infundiendo al jardín un movimiento perpetuo. Estas plantas no solo son visualmente atractivas, sino que también requieren un mantenimiento mínimo y son extremadamente resistentes a la sequía.